Agustinianos Hoy

Fortalezas y debilidades:
Intereses y aficiones:
Siempre afrontaremos con más ganas y más eficacia algo que esté relacionado con nuestros gustos personales.
Es muy importante que seas consciente de tus puntos fuertes y débiles. Ya que con esto puedes decidir en qué áreas estás capacitado y puedes explotar tu potencial.
Haz un test de evaluación:
Los tests de interés vocacional te pueden ayudar a descubrir cosas de ti mismo.
Investiga la carrera:
Investiga cada área de conocimiento y universidades que ofrecen la carrera que deseas. Enfócate en las ramas de estudio que ofrece.
Se encargará de informarte y asesorarte sobre todas de opciones que se abren a tu paso, dónde y cómo empezar a buscar. En el colegio nosotros contamos con el Departamento de Orientación, dirigido por el Licenciado en Psicología Juan Francisco Pezzarozzi quien siempre estará dispuesto a ayudarte.
Consulta con un orientador:
Acude a las Universidades:
Infórmate de cuál es la universidad ideal para estudiar lo que quieres.
No te dejes llevar por lo que ves en programas de televisión, guíate por tus propios gustos, habilidades, y destrezas.
Cuidado con las modas:


Pensamientos en Molde
Reportera: Sofía Linares
Imágenes de Google con fines ilustrativos.
25 de Junio, 2017
La elección vocacional no es una decisión que surge de la noche a la mañana para decidir nuestro futuro, es todo un proceso desde que somos pequeños y soñamos con ser astronautas o bomberos; intervienen nuestros gustos, habilidades y necesidades, hasta que finalmente llega el día en que tenemos certeza de qué es lo que llenará nuestros días y expectativas por el resto de nuestras vidas.
Cuando somos niños, nuestras metas están determinadas por nuestra imaginación pues todos recordamos aquellos días en los que jugábamos a ser Tarzán: Conquistando todo a nuestro paso… O lo que tú jugaras, pero todos pretendíamos alcanzar la cima; en la adolescencia nuestra vocación se basa en nuestros gustos y anhelos, que han cambiado, nos dejamos llevar por las modas y por la persona que “se supone” que debemos ser, nos olvidamos de aquel pequeño que no conocía otro límite más que el cielo. A partir de los 18 años, combinamos estos factores con las realidades que se nos ofrece según nuestras capacidades e intereses.

Cada persona tiene su propio tiempo interno, su propio llamado, donde ha llegado su momento y tiene la capacidad de tomar una decisión madura basada en los aspectos anteriores. Aunque puede ser una etapa caracterizada por el estrés y aflicción de no saber cómo afrontar el camino de la adultez, también estará marcada por el recuerdo de aquel joven que un día se proyectó y creyó en sí mismo, lleno de sueños y con la visión de ayudar a la sociedad guatemalteca a través de ejercer una profesión con ética y valores agustinianos.

